Los liderazgos se dividen básicamente en dos. Por una parte están los impuestos, aquellos que le son otorgados o alcanzados por personas que ocupan un cargo para el cual se han preparado y trabajado intensamente a lo largo del tiempo. Horas, días, semanas, meses y años de rigor, constancia y esfuerzo, se van coronando con sucesivos logros y reconocimientos.
El otro tipo de liderazgo es el natural. Se trata de una capacidad que combina de forma única inteligencias, de distinta naturaleza, resiliencia y una enorme dosis de arrojo y coraje. El liderazgo natural es poco habitual, se nace con cierta predisposición a éste y, cuando quien lo llega a ejercer se encuentra en una situación límite, sabe reconocer la oportunidad de quebrar el aparente inevitable destino y cambiar el curso de los acontecimientos.
“El dedo” del presidente Ricardo Lagos y la “Carta amarilla a mis hijos” de Cristián Warnken constituyen dos ejemplos inolvidables del nacimiento de líderes naturales, quienes con determinación y valentía tuvieron la lucidez de convocar y abrir las puertas a grandes movimientos que buscaban reformas y democracia, con responsabilidad política, capacidad de diálogo y un profundo amor por Chile.
Hoy, en un acto de generosidad, despersonalización y enorme visión política, el presidente y fundador de Amarillos por Chile, ha comunicado que ha decido dejar su cargo e incorporarse como un miembro más al Comité Político del partido. Junto con ello, la directiva de Amarillos ha elegido por unanimidad a Sergio Micco Aguayo como su nuevo presidente. Sergio Micco encarna lo mejor del carácter de Amarillos por Chile. Desde su rol como fundador de la FEC (Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción) en 1983, símbolo inequívoco de la resistencia a la dictadura pinochetista y a su rector delegado Guillermo Clericus, hasta su destacada dirección del Instituto Nacional de Derechos Humanos en uno de los períodos más complejos de la historia de nuestro país. En Sergio Micco se destacan algunas de las mejores virtudes de Amarillos: valentía, espíritu de diálogo y capacidad de construir grandes acuerdos. Sin, desde luego, dejar jamás de lado la férrea defensa de la democracia, la libertad y los Derechos Humanos en Chile y en todos los países del mundo. El liderazgo natural del nuevo presidente de Amarillos por Chile asegura a nuestro partido que él, junto con las mujeres y hombres que conforman la Directiva, el Comité Político y nuestros miles de militantes Amarillos, serán capaces de conducir un nuevo ciclo político en la historia de nuestro país, para dar forma a una gran coalición democrática que le de gobierno y seguridad institucional a Chile en los próximos años.
Nacimos para devolverle la esperanza a Chile