Nuestra Identidad Amarillos por Chile
¿Quiénes somos?
Somos chilenas y chilenos que estamos convencidos que en nuestra patria el centro político, en sus diversas corrientes: humanista cristiana, liberal social y socialdemócrata, están llamadas a conducir el despegue definitivo hacia el desarrollo social, económico y cultural que el siglo XXI nos ofrece y demanda.
Nos declaramos herederos de las fuerzas democráticas que nos precedieron, continuamos aprendiendo de sus logros y errores, y entendemos que las naciones se forjan en un continuo histórico que no se detiene, ni se refunda de tanto en tanto. Así y todo, no nos conformamos con ser testigos de nuestro tiempo, sino que aspiramos a ser protagonistas de nuestro presente y a forjar un eslabón sólido para nuestro futuro.
¿Cómo nacimos?
En febrero de 2022 un grupo de mujeres y hombres alzamos la voz frente a la improvisación y el espíritu refundacional con el que se estaba redactando un muy mal texto constitucional. Lo hicimos por nuestro amor a Chile, por responsabilidad cívica y porque tuvimos el convencimiento de que el texto propuesto, ponía en riesgo la democracia que tanto nos había costado recuperar.
Fue así como Cristián Warnken, acompañado de setenta y ocho representantes del mundo científico, académico, político, cultural, económico y social dieron vida al Movimiento Amarillos x Chile.
En las siguientes semanas y meses, decenas de miles de chilenas y chilenos, provenientes de todas las regiones de nuestro país nos plegamos a las banderas amarillas del diálogo y la construcción de grandes acuerdos. Lo hicimos resistiendo con coraje funas, cancelaciones y denostaciones; poniendo siempre en primer lugar el buen cuidado de nuestra convivencia cívica y perseverando una y otra vez en la búsqueda de caminos de entendimiento y diálogo.
Nuestro proyecto
¿Por qué en tiempos de gran desconfianza hacia el mundo político y sus instituciones decidimos constituirnos como partido? La respuesta se encuentra en nuestra Declaración de Principios, pero, sobre todo, surge desde nuestra profunda convicción de que Chile puede y merece una mejor democracia y, con ello, un mejor destino para todos nosotros y quienes nos sucederán. Aspiramos a contribuir en forma responsable, reformista y democrática, a hacer frente a los múltiples problemas que nos aquejan: la crisis de la salud, el deterioro sostenido de la educación, la inseguridad crónica provocada por la convergencia de una inmigración descontrolada, con la delincuencia e índices de violencia en máximos históricos, el narcotráfico, las incertidumbres económicas que impactan salarios y empleo y, desde luego, la crisis medioambiental que en estas últimos meses se ha hecho patente con las dramáticas inundaciones de nuestro centro-sur.
Aspiramos a continuar fortaleciendo nuestra democracia e instituciones, a perseverar en nuestra vocación por el diálogo y la construcción de grandes acuerdos, a luchar por el irrestricto respeto a los Derechos Humanos en Chile y el mundo y a rechazar siempre, sin excepción, la violencia, el populismo y a las ideologías totalitarias.
Los miles de nuevos militantes que se han sumado en los últimos meses a este “despertar amarillo” del diálogo y los acuerdos, dan cuenta de que nuestro proyecto resuena con fuerza mayoritariamente en mujeres y jóvenes, casi un cincuenta por ciento de nuestros militantes son menores de 45 años y un veinte y cinco por ciento tienen una edad promedio de 25 años.
Somos claramente parte fundamental del futuro político de Chile.